lunes, 29 de diciembre de 2008

HE LEÍDO LOS POEMAS DE JUAN GELMAN


Leo en el bus, camino al trabajo. Leo también de regreso a casa. Es un libro tomado apresuradamente de mi biblioteca: Valer la Pena, de Juan Gelman, editado por Seix Barral. Hace algunos años ya había tenido referencias de su obra: otro poeta (Kato Ramone, autor del soneto que leerán más adelante y a imitación de cuyo título hice el de este texto) me habló de la calidad lírica de Gelman, del momento que le tocó vivir, de su valentía. Busco información en Internet; muchas biografías, varias entrevistas, poemas a montón, qué bien. Mi condición de lectora, ahora más madura y más sedienta, disfruta esa voz tan íntima y tan cercana.¿Qué más?: Vale la pena leerlo.



Juan Gelman nació en Buenos Aires en 1930. Su primera obra publicada, Violín y otras cuestiones, recibió inmediatamente el elogio de la crítica. Considerado por muchos como uno de los más grandes poetas contemporáneos, su obra delata una ambiciosa búsqueda de un lenguaje trascendente, ya sea a través del "realismo crítico" y el intimismo, primeramente, y luego con la apertura hacia otras modalidades, la singularidad de un estilo, de una manera de ver el mundo, la conjugación de una aventura verbal que no descarta el compromiso social y político, como una forma de templar la poesía con las grandes cuestiones de nuestro tiempo.
Fue obligado a un exilio de doce años por la violencia política estatal, que además le arrancó un hijo y a su nuera, embarazada, quienes pasaron a formar parte de la dolorosa multitud de "desaparecidos".
En 1997 recibió el Premio Nacional de Poesía. Ganador del Premio Cervantes en su edición 2007. Su obra ha sido traducida a diez idiomas.
Juan Gelman reside actualmente en México y es columnista del periódico argentino Página/12.



UN POEMA DE JUAN GELMAN:


BABAS

Los derrotados visten trajes de la nada. ¿Son
un signo absurdo ahora? ¿Se
congeló la utopía en sus cabezas?
Se los ve en cafés afligidos,
molestan, hablan
con un fulgor maltrecho en la boca
que no se termina de apagar. ¿Siguen
en la pasión de violar al mundo
y no ser violados por el mundo? ¿Insisten
contra la estupidez? O callan y se limpian
la baba que el tiempo deja caer sobre ellos. Escriben
papeles que nadie alcanza a ver.
Tienen nombres no dichos
sobre sus huesos quietos ya.

Juan Gelman (Argentina 1929), “Valer la Pena”


UN POEMA PARA J. GELMAN:


HE PENSADO EN LOS OJOS DE JUAN GELMAN

“Los soles solan y los mares maran”
J.G.


He pensado en los ojos de Juan Gelman.
Hoy he estado pensando en esos ojos.
Los ojos de Juan Gelman que se piensan.
Los ojos de Juan Gelman en su rostro.

Piensen ustedes lo que significa.
Yo solamente los estoy pensando.
Nada más que pensarlos este día.
Nada más que pensarlos y pensarlos.

Si bien se piensa, sólo estoy diciendo
que he pensado bastante en esos ojos.
Son dos ojos, tan sólo son dos órganos,

porque el ojo es el órgano en su esfera.
No sé explicar siquiera lo que pienso
cuando pienso en los ojos de Juan Gelman.

Enero 2002 (Cárcel El Manzano de Concepción)

Kato Ramone.

Revista TRILCE
Tercera Época N° 8
Diciembre 2001- Abril 2002

jueves, 4 de diciembre de 2008

ORIGEN





Es hora de descansar
todo se termina en algún momento
y continuamos por inercia
persiguiendo al coyote
singular muy singular es esto
a mí
a mí
a mí atormentar
ser mis plantas las que sangrar
ser mi garganta la que enceguecer
ser las mis manos que se dispersan
las mis caricias
es el mío beso al aire arrojado
el que apenas aguijonear el aire
y no arcoiris alcanza
no lágrima
no sonrisa desinteresada
no abrazo
todo no
no toc toc
no tum tum
no ruca
no fogón
no gemido
solo brisa
rima la risa con brisa
sí río que se pierde en el valle sediento
sí máscara para el ritual nocturno
sí piedras
sí gusanos bajo las piedras
sí muchas larvas de gusanos bajo esas piedras
y luego nubes
y luego gotas
y lluvia
y agua
y por mucho tiempo río río río
y sol y agua
y de nuevo río
y vida en puntitos de vida
y allí en el centro
justo en el mismísimo centro
una flor
una mal-di-ta y cur-si flor
ya muerta.


Ramona.

lunes, 1 de diciembre de 2008

sábado, 29 de noviembre de 2008

PARA SHYVY DEL TOBOSO, UNA POETA-PEZ


Mi querida poeta Tué tué, mis más sinceras felicitaciones por tu libro "Dedos de Carbón". Recibe un abrazo grande y mi humilde obsequio: un poema.



EL POETA-PEZ SE ASFIXIA


Soy un pez prisionero
que mira el mundo desde su pecera
ya saben a lo que me refiero
ustedes siempre saben a lo que me refiero
ustedes siempre saben a lo que se refiere un poeta cuando dice
que mira el mundo desde su pecera
siempre quieren ver morbosamente
esa boca pidiendo oxígeno
es parte del espectáculo
el poeta-pez se asfixia
y dice Oh
y dice Oh
y dice Oh
pero es la vida que ha escogido
parpadear detrás del cristal
y hacer oes hasta acalambrarse
él se lo ha buscado
que le sangren las burbujas
que diga Oh por los que no ven
que diga Oh por los que no son capaces de ver
que se le salgan las entrañas diciendo Oh
que se le desorbiten los ojos
es su destino
qué importa
ustedes no tienen tiempo de ver
porque ustedes no ven más allá de sus carcomidas uñas
de su ay me aprietan los zapatos
de sus que lleguen pronto las vacaciones
mantengamos entonces
al pez en su pecera
es parte del espectáculo.




Ramona.

sábado, 11 de octubre de 2008

TODOS TUVIMOS INFANCIA

Todos tuvimos infancia, aunque no sé si a todos les ocurre lo mismo que a mí: a medida que va pasando el tiempo, mi tiempo, los lejanos momentos de niñez se me van revelando poco a poco, como si realizara mi propio viaje a la semilla, tan bien narrado por Carpentier.
Recuerdo en especial a una niña, la veo sentada bajo un frondoso parrón, dibujando sus primeros trazos en un cuaderno cuadriculado, mientras su madre lava toneladas de ropa escobillándola en una enorme artesa de madera.
Con esmero, de acuerdo al modelo dado, la niña traza palitos horizontales, verticales, tacitas y matecitos con su lápiz faber Nº 2. Como música de fondo, en la RCA Víctor, la voz de algún mexicano mexicanísimo (tal vez Jorge Negrete o Antonio Aguilar) canta su popular Juan Charrasqueado, la triste historia de un ranchero enamorado,/que fue borracho, parrandero y jugador. La niña no entiende aquella historia, lo único que le queda claro es que Juan Charrasqueado no tuvo tiempo de montar en su caballo porque una bala atravesó su corazón, una bala atravesó su corazón, atravesó su corazón, y ella no entiende qué significa eso, porque la muerte no está aún en su diccionario vital y lo único que sabe es que, cuando la voz del pequeño hombrecito prisionero en la radio cante Aquí termino de cantar este corriiido, ella habrá terminado de hacer una columna de tacitas con cuchara y todo y su madre escobillará una nueva prenda de ropa mientras en la RCA Víctor comenzarán a cantar otro corrido.


JUAN CHARRASQUEADO


Voy a contarles un corrido muy mentado,
lo que ha pasado allá en la Hacienda de la Flor,
la triste historia de un ranchero enamorado,
que fue borracho, parrandero y jugador.

Juan se llamaba y lo apodaban Charrasqueado,
era valiente y arriesgado en el amor,
a las mujeres más bonitas se llevaba;
de aquellos campos no quedaba ni una flor.

Un día domingo, que se andaba emborrachando,
a la cantina le corrieron a avisar:
cuídate Juan, que ya por ahí te andan buscando,
son muchos hombres, no te vayan a matar.

No tuvo tiempo de montar en su caballo,
pistola en mano, se le echaron de a montón;
estoy borracho, les gritaba, y soy buen gallo,
cuando una bala atravesó su corazón.

Creció la milpa con la lluvia en el potrero,
y las palomas van volando al pedregal;
bonitos toros llevan hoy al matadero,
qué buen caballo va montando el caporal.

Ya las campanas del Santuario están doblando,
todos los fieles se dirigen a rezar,
y por el cerro los rancheros van bajando
a un hombre muerto que lo llevan a enterrar.

En una choza muy humilde llora un niño,
y las mujeres se aconsejan y se van;
sólo su madre lo consuela con cariño,
mirando al cielo llora y reza por su Juan.

Aquí termino de cantar este corrido,
de Juan ranchero, charrasqueado y burlador,
que se creyó de las mujeres consentido,
y fue borracho parrandero y jugador.

jueves, 31 de julio de 2008

LAS ANHELADAS VACACIONES QUE YA SE VAN:



LECTURA, MAGIA Y POESÍA

Por fin llegaron las anheladas vacaciones y me encuentro leyendo, sólo por mero compromiso pedagógico, Harry Potter y la Piedra Filosofal. Hasta aquí (un tercio de la lectura), todo va bien: Harry, un tímido niño, ha vivido sus casi once años junto a sus tíos, los Dursley, una mediocre, horrorosa familia que se ha visto en la obligación de adoptar a su sobrino cuando este queda huérfano. Los Dursley no han mostrado señales de bondad desinteresada hacia su sobrino. Dudley, el primo, es un demonio que ha practicado el bullying desde que Harry llegó a casa siendo un bebé; Harry, contra todo lo que yo creía —prejuicios mediante—, es un personaje creíble. Un niño maltratado que, pese a todo, es bueno resiliencia pura en un corazón también puro. Un día, en medio de los intentos desesperados del Sr Dursley por alejar a su sobrino de unas extrañas cartas, llega Hagrid, un gigante barbudo y con muy poco de aquello que conocemos como “flema inglesa”, a buscar a Harry. Nuestro pequeño héroe escucha incrédulo la verdad de su origen: él es un niño mago, hijo de magos y futuro mago “profesional”. Debe asistir a una escuela especializada en magia y hechicería, —Hogwarts, una especie de Instituto Técnico Profesional para Magos— si quiere titularse. Durante algunas páginas, Harry es víctima de la incertidumbre, su propio “to believe or do not believe”, creer o no creer en lo increíble. ¿Existe ese mundo mágico del cual le habla Hagrid? ¿Será todo una cruel broma preparada por su tío?...Desde estas líneas le contesto al pequeño Harry (y a muchos otros pequeños Harries) que la magia existe, existe en la palabra, en los buenos gestos de las personas, en los amigos, especialmente en ellos, los amigos verdaderos; este mundo que no necesita cruzar el andén 9 ¾ para cruzar hacia la magia, que no necesita una varita mágica o una poción que contenga suspiros de guarisapos, porque la magia existe aquí y ahora y se llama amistad, o tal vez poesía.

Gracias a todos por demostrarme que la magia existe...

Intento Escribir:

Durante el periodo de trabajo me dedico mucho a leer y a escribir; durante el periodo de vacaciones, hago casi lo mismo: leo (estoy leyendo a Bolaño, Los Detectives Salvajes), y escribo (tengo tiempo para escribir más libremente).

Ellos, yo y mi otra yo

Las vacaciones permiten cierto margen de libertad para hacer actividades distintas a las que se realizan durante un periodo normal de trabajo; también las vacaciones nos vinculan un poco más con nosotros mismos, porque hay más tiempo para reflexionar y meditar. Por mi parte, me dedico a disfrutar de la lectura. Bolaño es siempre buena compañía, e intento redactar una “entrada” nueva para el blog. Digo “intento” porque han sido varios los párrafos digitados que, después de algunos minutos, han pasado por el “delete” correspondiente. Me pregunto por qué me ocurre eso. ¿Por qué me ocurre eso? Me respondo que tal vez no tengo claro el objetivo. Ramona, tal vez no tienes claro el objetivo. Reconozco que, si hay algo que tengo claro, es el objetivo. ¡Claro que tienes claro el objetivo!
Es increíble todo lo que se puede escribir sólo a través de un monólogo. Es increíble. Un monólogo puede ser la excusa perfecta para evadirse del tema principal. Recuerda que el objetivo de esta entrada es agradecer a tus amigos y amigas poetas. Sí, no olvido que fue muy grato verlos llegar a Z aquel día. ¿Fue en Z?, yo creí que había sido en X. No, X está muy trillado, es mejor decir que fue en Z. Z también está muy trillado. Pero soy yo quien dirige esto, yo, la Ramona Intelectual y no tú, Ramona Entrometida. No empieces, mira que te quito el teclado y... ¡Ja!, se supone que tú y yo somos la misma persona ¿Por qué me contradices? No hago eso. Entonces, déjame redactar esto a mi manera, ¿ya? OK. Después de este absurdo texto, creo que lo principal es agradecer a mis amigos y amigas poetas; su presencia en el recital de Z es un gesto que aprecio y por lo mismo siento que estoy en deuda con ustedes. Uy que latera es la Ramona Intelectual, ya Chicos y Chicas ¡Gracias a todos! ¡Bajen el telón! ¡Qué vergüenza! ¡Jajajaja!
Te veo escribir Ramona, te veo concentrada frente a la pantalla del PC. Preguntándote si todo esto tiene sentido, preguntándote si no es mejor ponerse a ordenar la casa, lavar las cortinas, sacar un poco de pasto de la selva de tu patio. Te veo dudar y volver a escribir. Te veo leer y reír. Te veo meditabunda, ausente o presente a ratos. Se te fueron las vacaciones y no puedes evitar la triste sensación de no haber avanzado en nada, de haber tomado unos cuantos cafés y haber inventado sólo unos pocos chistes para pasar el rato. ¿Y de tu poesía? Muy poco, muy poco, Ramona.

Bueno, al menos publica esto en tu entrada y sigue, por ahora, escuchando la lluvia que golpea tu ventana.

Ramona.



viernes, 4 de julio de 2008

REENCUENTROS (A Claudia)

Cuando una Cronopia Tué Tué se reencuentra con otra a la cual ha dejado de ver por mucho tiempo, son inevitables en un primer momento las lágrimas furtivas, una tímida opresión en el pecho y la ineludible idea de que “la misma noche … hace blanquear los mismos árboles”, pero “nosotras, las de entonces, ya no somos las mismas.” Y surge en ellas la alegre comprobación de Cronopias Vivas de que, efectivamente, ya no son las mismas, de que han madurado, han adquirido independencia, han aprendido a valorar y a valorarse y en aquel momento se abrazan (aunque estén hablándose a distancia) y respiran hondo y saltan como niñas “Cropias” (que todavía no son Cronopias) y danzan esos exóticos bailes parecidos a la danza de las mariposas que por primera vez despliegan sus emancipadas alas.
Después de esos minutos iniciales, siguen los otros “inevitables”: Inevitable que se pregunten al unísono qué ha sido de sus vidas; inevitable que se cuenten en cinco minutos lo que han vivido en diez años (si hay seres dotados de una ingeniosa capacidad de síntesis, ésas son la Cronopias Tué Tué); inevitable que el diálogo se asemeje al sonido de una ametralladora que en lugar de disparar balas dispara palabras, grititos y risas; inevitable recordar a los antiguos compañeros de curso; inevitable preguntarse si están más gordas o más flacas; inevitable pelar a las nueras que “no- eran”; inevitable volver una y otra vez al tema de las parejas y que sí y que no y que ni te cuento; inevitable, también, la promesa de verse pronto y que te llamo y que en las vacaciones; inevitable la demora en despedirse; inevitable el hondo suspiro; inevitable la noche; inevitable el silencio; inevitable un poema.



NOCTURNO

Los que auscultásteis el corazón de la noche,
los que por el insomnio tenaz habéis oído
el cerrar de una puerta, el resonar de un coche
lejano, un eco vago, un ligero rüido...

En los instantes del silencio misterioso,
cuando surgen de su prisión los olvidados,
en la hora de los muertos, en la hora del reposo,
sabréis leer estos versos de amargor impregnados...

Como en un vaso vierto en ellos mis dolores
de lejanos recuerdos y desgracias funestas,
y las tristes nostalgias de mi alma, ebria de flores,
y el duelo de mi corazón, triste de fiestas.

Y el pesar de no ser lo que yo hubiera sido,
la pérdida del reino que estaba para mí,
el pensar que un instante pude no haber nacido,
¡y el sueño que es mi vida desde que yo nací!

Todo esto viene en medio del silencio profundo
en que la noche envuelve la terrena ilusión,
y siento como un eco del corazón del mundo
que penetra y conmueve mi propio corazón.


Rubén Darío (1867-1916)

sábado, 7 de junio de 2008

CUANDO LAS TUÉ TUÉ ...

Cuando las Cronopias Tué Tué van a un Recital de Poesía llegan tarde un par de minutos, saludan (aunque sea de lejos) a sus amigos y conocidos y, después de echar una ojeada a la totalidad de los asistentes, se dedican a observar y escuchar al orador que, generalmente en esos momentos, usa y abusa de la palabra. Entonces ellas lanzan hondos suspiros si algún verso les toca el alma y, pese a la creencia generalizada de que las Tué Tué no saben mucho de poesía, se puede aseverar que todo lo que hacen en su vida es un acto poético…





FANTASMA

Comprendo
es inevitable
soy fantasma de carne y hueso
vago en transeúnte esqueleto por las calles
tropiezo a menudo con espectros
tristes apariciones que asustan a cualquiera
incluso a un fantasma como yo
recién asumido en su condición de tal
y a mí que me causaba risa
leer un poema desnudo
de esos que hablan sin tapujos
del infierno
y exhiben versos
como quien exhibe las entrañas podridas de un gato
ahora heme aquí
huyendo de los perros
de las luces
de los autos
de los vendedores ambulantes
de las majaderas liquidaciones
todo por no haber escuchado
las trompetas celestiales otra mentira
otro absurdo
como diría mi padre
que en paz descansen sus huesos
o la sombra de sus huesos
y me pregunto porqué tantas veces
escribo la palabra huesos
será porque es lo único
que no duele a los fantasmas
les duelen las uñas el pelo las carnes
(hablo por experiencia propia)
pero no les duelen los huesos
porque son sus huesos los que descansan húmedos
y carcomidos
huesos dueños y señores
de un agujero que da risa
y de una bruñida placa
en un bien cuidado cementerio.


Ramona.




TODOS TENEMOS ALGO DE ASTRONAUTAS

Son las nueve a eme
y estoy indecisa
no sé si tomar desayuno
o escribir un verso
y otro verso
y otro más
y entre uno y otro verso
un poema

obviamente
un poema implica olvido

quien escribe
se sumerge en una luna muy parecida a nuestro satélite
con su lado oscuro y su lado luminoso

Todos tenemos algo de astronautas
y entre pisar la luna
o desayunar
dicen
no hay por dónde perderse

Yo he elegido perderme



RAMONA.

miércoles, 30 de abril de 2008

BIENVENIDA, ALFONSINA

Alfonsina Storni, poeta Argentina y una de las más importantes de América, nació el 29 de marzo de 1892, en Sala Capriasca, Cantón Ticino de la Suiza italiana.
Pasó su infancia en San Juan (Argentina). En la Escuela Normal de esa ciudad cursó sus primeros estudios y, más tarde continuó en Coronda (provincia de Santa Fe. Argentina), de donde egresó con el título de maestra normal.

Su niñez fue la de una niña pobre, trabajó en una fábrica de gorras como obrera.

En 1911 comienza su carrera como docente en la Escuela Elemental Nº65 de la ciudad de Rosario (provincia de Santa Fe. Argentina).

Posteriormente en Buenos Aires trabaja como empleada en una casa comercial y en 1916 da a conocer su primer libro de versos: La inquietud del rosal.

En 1917 recibe el Premio Anual del Consejo Nacional de Mujeres por: "El Canto de los Niños".

Ocupó una cátedra en el Teatro Infantil Lavardén (Buenos Aires. Argentina), y dos años más tarde, en 1923, es nombrada profesora de declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas. En sus últimos años también fue docente en el Conservatorio Nacional de Música.

Realizó varios viajes por Europa, el segundo en compañía de su hijo Alejandro Alfonso. En el viejo continente dictó con éxito varias conferencias.

Pero el momento culminante de su carrera, lo constituyó la reunión en la Universidad de Montevideo con las otras dos grandes poetisas americanas, Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou. La convocatoria conjunta fue para hacer pública la confesión de su forma y manera de crear.

Siete libros de versos y uno de prosa poética, y algunas comedias, integran su obra lírica.

Ocre, publicado en 1925, considerado por la crítica como el más logrado de sus poemarios, marca una insinuación firme hacia la captación de imágenes universales. No obstante puede decirse que el contenido de sus poesías fue siempre autobiográfico.

En el año 1935, durante su estadía en las playas uruguayas, Alfonsina presintió su enfermedad, un tumor en un pecho.

Se trasladó a la ciudad de Mar del Plata (provincia de Buenos Aires. Argentina), donde en la madrugada del 25 de octubre de 1938 se suicidó internándose en el mar.




DOLOR

Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar;
Y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.


EL RUEGO

Señor, Señor, hace ya tiempo, un día
soñé un amor como jamás pudiera
soñarlo nadie, algún amor que fuera
la vida toda, toda la poesía.
Y pasaba el invierno y no venía,
y pasaba también la primavera,
y el verano de nuevo persistía,
y el otoño me hallaba con mi espera.
Señor, Señor; mi espalda está desnuda,
¡has estallar allí, con mano ruda
el látigo que sangra a los perversos!
Que está la tarde ya sobre mi vida,
y esta pasión ardiente y desmedida
la he perdido, ¡Señor, haciendo versos!

sábado, 15 de marzo de 2008




NO ME QUEDA MÁS ALTERNATIVA QUE EL SILENCIO


A veces
no se puede decir lo que se siente
y hay que buscar la forma
de escribirlo sin escribirlo
o de gritarlo
en el silencio más absoluto
pero igual te escapas en un gesto
un apretar de puño involuntario
un ligero brillo de pupilas
un parpadeo
un girar la cabeza
con la excusa de mirar el vuelo de las aves.

Comprendo.

Silencio y palabra son la misma cosa.

Dolor y alegría no sé si sean lo mismo
aunque los he sentido al mismo tiempo
me desconcierta no poder explicarlo
me desconcierta que nadie escuche
ese grito que nace de lo hondo
de ese profundo vacío que llevamos dentro
vacío
vacío
vacío
déjà-vu poético
porque el grito, digo, nace
y muere irremediablemente ahogado
tras una sonrisa fingida que ni siquiera es fingida
es una sonrisa
que se ríe de su falso origen
se burla de sí misma esa sonrisa
porque no era risa ni sonrisa sino lamento
o grito de auxilio
no sé si me entienden
y si no me entienden
no me queda más alternativa que el silencio.




Ramona.

jueves, 14 de febrero de 2008

BORGES: SONETOS AL AJEDREZ

I

En su grave rincón, los jugadores
Rigen las lentas piezas. El tablero
Los demora hasta el alba en su severo
Ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
Las formas: torre homérica, ligero
Caballo, armada reina, rey postrero,
Oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
Cuando el tiempo los haya consumido,
Ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
Cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
Reina, torre directa y peón ladino
Sobre lo negro y blanco del camino
Buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
Del jugador gobierna su destino,
No saben que un rigor adamantino
Sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(La sentencia es de Omar) de otro tablero
De negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza
De polvo y tiempo y sueño y agonías?

sábado, 9 de febrero de 2008

GUIDO EYTEL , POEMAS INÉDITOS

En este pequeño homenaje a un hombre consagrado a la palabra escrita, es su palabra escrita la que mejor lo define:


EL BAR DE LOS JUBILADOS

Los jubilados beben lentos su vaso de vino.
Miran en el diario
los avisos de las defunciones,
hablan de la humedad, del reumatismo,
y luego se quedan en silencio.

No hay reloj frente a la barra
y el calendario ya no sirve de nada.

















JARDÍN BOTÁNICO

Una mujer da de comer a docenas de gatos
mientras los mellizos maman de la loba.
Un anciano espera la llegada del invierno.
Árboles desconocidos, pero sombras amables
me reciben y paseo por los senderos
siguiendo el vuelo de las aves enmascaradas.
“Esta es la hora en que debo pensar”, digo,
y me siento a recibir el tibio sol del otoño.
Pero no puedo pensar.
Sólo espero que pases a buscarme.

o la Muerte.


LA GARZA

Hace tiempo me persigue una garza.
Blanca, altiva y orgullosa.
Se me aparece sin que yo la llame ni nada.
Quiero pensar en los asuntos pendientes
y se me aparece la garza.
Exige un poema, un cuento, un par de palabras.
Yo nomás la miro, la dejo,
le digo que espere, que no todavía,
que a la orilla del río, que los peces,
que cuando llegue el verano.
No sé qué voy a hacer con esta garza.


LA VERSIÓN OFICIAL INDICABA TRANQUILIDAD ABSOLUTA

Pero supe que otra vez mentían
cuando bajo la mesa de ese bar sombrío
exploré tus muslos sorpresivos
y en tus ojos vi la llama subversiva
que sólo se apagó en el lecho clandestino
cuando de amor te doblegué y te vi
feliz, pero vencida.


PARA QUE QUEDE CONSTANCIA

Hoy no puedo escribir un poema.
Los gorriones beben de las pozas de la última lluvia.
El magnolio florecido dice díbujame, huéleme, escríbeme.
Pero yo no puedo escribir un poema.

Dejo la fecha para que quede constancia:
miércoles 8 de octubre.
Será un día largo.


Guido Eytel.

jueves, 7 de febrero de 2008

VALLEJO , MI CHOLO QUERIDO



VOY A HABLAR DE LA ESPERANZA

“Yo no sufro este dolor como César Vallejo. Yo no me duelo ahora como artista, como hombre ni como simple ser vivo siquiera. Yo no sufro este dolor como católico, como mahometano ni como ateo. Hoy sufro solamente.
Si no me llamase César Vallejo, también sufriría este mismo dolor. Si no fuese artista, también lo sufriría. Si no fuese hombre ni ser vivo siquiera, también lo sufriría. Si no fuese católico, ateo ni mahometano, también lo sufriría. Hoy sufro desde más abajo. Hoy sufro solamente.
Me duelo ahora sin explicaciones. Mi dolor es tan hondo, que no tuvo ya causa ni carece de causa. ¿Qué sería su causa? ¿Dónde está aquello tan importante, que dejase de ser su causa? Nada es su causa; nada ha podido dejar de ser su causa. ¿A qué ha nacido este dolor, por sí mismo? Mi dolor es del viento del norte y del viento del sur, como esos huevos neutros que algunas aves raras ponen del viento. Si hubiera muerto mi novia, mi dolor sería igual. Si la vida fuese, en fin, de otro modo, mi dolor sería igual. Hoy sufro desde más arriba. Hoy sufro solamente. Miro el dolor del hambriento y veo que su hambre anda tan lejos de mi sufrimiento,
que de quedarme ayuno hasta morir, saldría siempre de mi tumba una brizna de yerba al menos. Lo mismo el enamorado. ¡Qué sangre la suya más engendrada, para la mía sin fuente ni consumo!
Yo creía hasta ahora que todas las cosas del universo eran, inevitablemente, padres o hijos. Pero he aquí que mi dolor de hoy no es padre ni es hijo. Le falta espalda para anochecer, tanto como le sobra pecho para amanecer y si lo pusiesen en la estancia oscura, no daría luz y si lo pusiesen en una estancia luminosa, no echaría sombra.
Hoy sufro suceda lo que suceda. Hoy sufro solamente.”

César Vallejo, Poemas en Prosa.
(Perú, 1892 - Paris, 1938)

martes, 5 de febrero de 2008



CUCHILLO



Le dije en perfecto idioma cursi que lo amaba
que mi vida sin él no tenia sentido
él me dijo en perfecto tono irónico
que mi amor no le servía para pagar las deudas
yo le dije que se fuera a la mismísima punta del cerro
el me dijo eres una puta
yo le dije eres un asco
esto no tiene sentido
dijo que por supuesto
dije que no daba más
el se rió a carcajadas
entonces saqué el cuchillo
y le mutilé esa risa burlona
quedaron los ja por el suelo
como fuga de caracoles
los vecinos llamaron a la policía
y me entregué sin chistar
él no volvió a reírse
de ninguna mujer en su vida.



Ramona.

domingo, 20 de enero de 2008

Así es como viajan las Cronopias Tué-Tué.


“Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: "La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad". Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los cronopios.”
Historias de Cronopios y de Famas. Viajes. Julio Cortázar.


I. Viaje de Cronopias Tué Tué a Villa Alegre:
Cuando dos Cronopias Tué-Tué salen de viaje, acuerdan reunirse en el Terminal de Buses a las once de la mañana y siempre una de las dos (o puede darse el caso que las dos) llega tarde, no se preocupan por averiguar horarios de salida y no es extraño verlas preguntando de ventanilla en ventanilla desde dónde y a qué hora salen buses hacia Villa Alegre. Una vez obtenida la información, las Cronopias Tué-Tué se sientan frente al andén indicado, conversan animadamente, fuman si tienen el hábito de hacerlo y si no lo tienen también fuman para guardar las apariencias ( es habitual ver a una Cronopia Tué Tué fumando en público ya que les agrada mostrar su pericia para hacer anillos etéreos al exhalar el humo del cigarro), están atentas a la salida de los buses, o al menos tratan de estar atentas, porque a una Cronopia Tué-Tué le cuesta mucho concentrarse en una sola situación o tema y, mientras una de ellas dialoga con su interlocutora, es probable que esté revisando mentalmente si le dejó leche al gato (las Cronopias Tué Tué prefieren tener gatos en lugar de otras mascotas), si sacó o no sacó la basura a la calle o si zurció aquellos calcetines que guardó el invierno pasado.
Ellas son hábiles para conversar y, como todas las Cronopias Tué Tué, pueden tratar tres o cuatro temas al mismo tiempo y así, mientras una le pregunta a la otra ¿Por qué te teñiste de ese color el pelo?, la otra puede estar diciendo Sí, anoche me acosté a las tres de la mañana, cuatro o cinco frases después la interrogada estará respondiendo Porque el caoba es mi color favorito y su compañera le manifestará es una lástima que no trajéramos una cámara fotográfica. Y así seguirán intercambiando comentarios en una conversación desfasada que para los Otros sería un absurdo, y que, sin embargo para ellas es un perfecto y habitual diálogo de Cronopias Tué-Tué.
Las Cronopias Tué-Tué son desconfiadas -lo que aparentemente pudiera parecer un defecto-, por eso preguntan al chofer, cuyo bus lleva un letrero indicando como destino Villa Alegre, si ese bus va efectivamente a Villa Alegre y lo que pudiera parecer una conducta irracional de parte de ellas (los Otros no harían tal pregunta y darían por sabido que si un letrero de bus dice Chuchunco es porque va indiscutiblemente a Chuchunco) se transforma en una cualidad que les permite llevar a buen término sus planes, porque el chofer del bus con el letrero de Villa Alegre les responde enfáticamente que NO va a Villa Alegre y que el bus estacionado en el andén de al lado, a pesar de que no lleva ningún letrero que lo indique, se dirige a ese destino. Después de las consultas respectivas las Cronopias Tué-Tué se suben muy contentas al bus correcto preguntándose a sí mismas si la gente de Villa Alegre es tan alegre como ellas. Conversan animadamente, se cuentan las anécdotas que les han ocurrido durante el periodo que dejaron de verse, hablan de sus Cronohijas (aspirantes a Cronopias Tué Tué), de sus Crono-Otros (ellos, por leyes de género, no podrían pertenecer a la especie Cronopias Tué Tué), hablan de sus lecturas favoritas de la adolescencia, de sus poetas preferidos, de la forma correcta de cortarse las uñas de los pies, y cuando ambas están compartiendo la idea de lo cara que está la vida y de que me compré un televisor en doce cuotas, es muy probable que una pasajera, enviada por el chofer, les recuerde que deben pagar los pasajes; entonces las Cronopias Tué Tué, comienzan a buscar sus monederos y estoy segura que lo traje y, si una de ellas no encuentra ese monedero perdido entre tanta vida que lleva en su cartera, no importa porque la otra paga dos pasajes sabiendo que su amiga Cronopia tarde o temprano le pagará lo adeudado. Las Cronopias Tué Tué desconfían de los Otros, pero entre ellas existe una confianza ciega.
Luego ellas se preguntan cómo van a saber cuando hayan llegado a Villa Alegre, se cuentan el gastado chiste de que lo sabrán porque todas las personas estarán alegres al llegar allí y se ríen del chiste viejo como si lo oyeran por primera vez, luego se quedan tranquilas porque confían en su intuición de Cronopias Tue Tué que hasta el momento no les ha fallado o les ha fallado muy poco.
De pronto y gracias a un letrero que ven en el camino, se dan cuenta que han llegado a Villa Alegre; vacilantes, se bajan del bus y se maravillan al ver una pequeña iglesia amarilla que anuncia con un colorido letrero que allí descansan los restos de un sabio de otros tiempos. Entran llenas de curiosidad al histórico lugar. Miran asombradas, con los ojos casi saliéndoseles, las pinturas del techo. Tocan todo, las bancas, la puerta, los vitrales, la tumba. Se sientan, hablan bajito, juegan a confesarse ubicándose en el confesionario y cuando salen miran de lejos y con respeto lo único que su naturaleza de Cronopias Tué Tué les indica que debe respetarse: el agua bendita.
Junto a la pequeña iglesia amarilla se ubica un Museo que las Cronopias Tué Tué visitan más fascinadas aún, allí sienten que se encuentran en un tiempo ajeno a su tiempo. Numerosos retratos cuelgan de las paredes del museo (hijos ilustres de Villa Alegre, algunos ex-presidentes, algún actor de farándula, ex-reinas de la primavera, etc.). Numerosas fotografías en sepia muestran a las mujeres (Cronopias o no Cronopias) de épocas pasadas. Las Cronopias Tué Tué hablan entonces de sus primos, de sus madres y de sus abuelas, de aquella época que intuyen distinta para las Cronopias Tué Tué de aquel tiempo ajeno a su tiempo.
Después, las Cronopias Tué-Tué caminan por los corredores del museo, admiran las máquinas antiguas que allí se exponen, tratan de adivinar para qué pudiera servir tanta palanca gigantesca y tanto hierro retorcido. Una Cronopia Tué Tué recuerda su máquina de coser, relata como fue que regaló su máquina de coser antigua no queriendo regalarla. Entran a otra sala, una de las Cronopias Tué Tué lee en voz alta la historia de una cruz traída de alguna lejana y desértica salitrera nortina. Visitan todas las salas del museo, no dejan ningún objeto que no haya pasado por sus ojos o por sus manos, encuentran un viejo piano, una de ellas toca el vals para Elisa, la otra la escucha o hace como que escucha, aunque la verdad es que recién oirá las notas y dirá qué hermosa música cinco minutos después, justo cuando abandonan la sala y se disponen a salir a la calle.
Una vez en la calle, las Cronopias Tué-Tué desean conocer la Plaza de Villa Alegre, caminan entre las personas, se tropiezan con ellas, se compran aspirinas, pierden la orientación, quieren llegar pronto a la Plaza, , detienen a los transeúntes, les preguntan cómo llegar a la plaza, si tienen o no tienen un mercado, si tienen piscina, que dónde se almuerza, que muchas gracias señora y que dios se lo pague y los habitantes son amables y hasta las miran con curiosidad, entonces encuentran la Plaza y se sientan en un banco, fuman, conversan y se ríen, ríen y fuman y conversan, conversan y también versan, hablan de haikús, de puchas que hace calor, de como se usa la coma, de que vocativo viene del latín vocare y, como es lógico, entre tanta coma les dan ganas de comer, entran al primer local que encuentran, piden cazuela de vacuno, se inquietan porque la atención demora mucho, pero al fin llega el almuerzo y no reclaman por el trozo de choclo que a otros comensales les dieron pero a ellas no, almuerzan riendo y fumando y conversando y mezclando sus recuerdos con los círculos concéntricos del humo del cigarrillo.

Después de comer, pagan la cuenta a medias, salen a la calle y se dan cuenta de que al lado había otro lugar más bonito para almorzar y luego entran allí y se pasean como Pedro por su casa y emiten expresiones de asombro, pero qué bonitas esas pinturas y ese tejido a crochet y pucha que fuimos lesas y salen lamentando no haber entrado allí primero, pero haciéndose la promesa de volver algún día.
Así es como viajan las Cronopias Tué Tué. Luego, esperan el bus, regresan a sus hogares y escriben las memorias de sus viajes.


Ramona.

jueves, 17 de enero de 2008

Un Soneto me manda hacer Cortázar



Creo sinceramente que agregar una cuota de humor al lenguaje literario es siempre un sano ejercicio para el escritor. Es, además, una grata y premeditada invitación de quien escribe para que nosotros, los lectores, nos sentemos a su lado a reír juntos.
El escritor y poeta argentino Julio Cortázar, muy prolífico en su creación literaria, nos “invita” a reír con la creación de sonetos “in itálico modo”, publicados en su obra Salvo el Crepúsculo (1993).


“A la hora de hablar de sonrisas aparecen unos meopas que nunca tuvieron otra intención, empezando porque sus tres destinatarias son inexistentes, así como el idioma en que fueron celebradas... Lo mío consiste simplemente en sonetos que cuidan el ritmo y la rima para hacer caer al lector en el garlito de la cadencia, y que acumulan frases sin sentido donde se mezclan voces italianas con otra inventadas a vuelapluma, lo mismo que las tres protagonistas y los sentimientos allí volcados. En resumen, lo único verdadero es el soneto como forma, y el resto puro camelo, por lo cual me pareció útil poner acentos a la española para facilitar una lectura en voz alta, que aconsejo tan falsa como el resto, es decir apasionada y vehemente.”

Transcribo, entonces los sonetos a los cuales alude Julio Cortázar en su comentario anterior, con la esperanza de que éstos encuentren a sus respectivas destinatarias.


SIMONETTA

Simonetta, la fosca malintesa
chiude le rame inaltri fino al nardo.
Magari i tuoi allunghi di leopardo
móntano al valle, dove sta la chiesa.

O forse no, forse stai muta e resa
da fronte al mar, piggiotando il dardo!
Mi lascerai almeno éssere un tardo
seguitore, lo schiavo che ti stresa?

Ieri venívano i dolente sprozze
sospirando col giglio e col fenoglio
in mezzo al trimalciónico festaccio;

ma questa sera, Simonetta, nozze
di ombra amaranto e razzi d'orgoglio
giúngono furia nel luttuoso bacio.



CARLA

Vae victis, Carla, se le strombe urlante
ti immérgono fra i túrpidi stormenti!
Lo so: supplicherai che ti ramenti
la guancia rotta e le pestiglie umante.

Vai, e lascia che il labbro dell’amante
guarisca i seni tanto blu e mordenti,
mentre le alani dell’estate ai venti
frózzano la svergura palpitante.

Poi sarà il calmo, la deserta notte
dove sul ventre cádono le mele
liete di brisa soave e di funghine,

e tu, supino uccello delle grotte,
verrai alzarsi l’occhio delle mielle
e tutto sará d’ombra e di caline.


ELEONORA

Eleonora, la sfuma sopra il letto
sorge come il sorriso fra le schiume
quando la singhia inopia del tuo fiume
diventa mora, scende, o poi va stretto.

¿Perché la notte invade tanto il petto
dove colombe rosse vanno al lume
mente il tuo seno trema, oh Ulalume
un’altravolta sú dal fazzoletto?

La follía, le gombre, le mancanze
giócano sulle spiagge del ricordo
quando ti dai al vento e all’amore,

Eleonora, falcone di mudanza,
mannechino del tempo dove mordo
singhiozzando, giá vinto e vincitore.

sábado, 12 de enero de 2008

A la hora de las Moscas



Todo arde
bajo este sol feroz que me hipnotiza.
Encadenados a sus ladridos
lloriquean algunos perros a lo lejos

El gato ronronea pidiendo una caricia.

Este calor va marchitando lentamente mis versos

Un susurro llega hasta mi oído.
Juan Preciado quiere hablarme del agua
de la goteras que se filtran en su tumba
del olor de la tierra con las primeras lluvias
de lo solo que se está bajo la tierra.

No es éste el primer poema que escribo
a la hora de las moscas
pero es el primero que habla de Comala.

Y comienzo a creer que el infierno existe
que está más cerca de lo que imaginaba
y que allí
tal vez
sólo haya moscas zumbando frente a mis ojos
que miran con sus cuencas vacías.



Ramona

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Bienvenidos a este rincón iluminado


Amigas y Amigos, este es un espacio literario. Los invito sentarse sobre esta pequeña roca y a participar de este acto poético contemplando desde aquí el mundo. Les cuento que esta Oscuridad Hermosa habitaba en otro espacio digital (entiéndase: Literatura y Libres de Ramono y Ramona), pero como todo crecimiento implica un cambio, he decidido alumbrar mi propio rincón el cual siempre estará amistosamente iluminado para ustedes.
A modo de aclaración, buscando un título adecuado para mi blog, y teniendo claro que la palabra oscuridad debía aparecer en él, digité en google los conceptos oscuridad- poema y allí descubrí que Gonzalo Rojas, poeta chileno, había titulado ya como “Oscuridad Hermosa” una de sus creaciones.

Oscuridad Hermosa

Anoche te he tocado y te he sentido
sin que mi mano huyera más allá de mi mano,
sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído:
de un modo casi humano
te he sentido.

Palpitante,
no sé si como sangre o como nube
errante,
por mi casa, en puntillas, oscuridad que sube,
oscuridad que baja, corriste, centelleante.

Corriste por mi casa de madera
sus ventanas abriste
y te sentí latir la noche entera,
hija de los abismos, silenciosa,
guerrera, tan terrible, tan hermosa
que todo cuanto existe,
para mí, sin tu llama, no existiera

Gonzalo Rojas