sábado, 12 de enero de 2008

A la hora de las Moscas



Todo arde
bajo este sol feroz que me hipnotiza.
Encadenados a sus ladridos
lloriquean algunos perros a lo lejos

El gato ronronea pidiendo una caricia.

Este calor va marchitando lentamente mis versos

Un susurro llega hasta mi oído.
Juan Preciado quiere hablarme del agua
de la goteras que se filtran en su tumba
del olor de la tierra con las primeras lluvias
de lo solo que se está bajo la tierra.

No es éste el primer poema que escribo
a la hora de las moscas
pero es el primero que habla de Comala.

Y comienzo a creer que el infierno existe
que está más cerca de lo que imaginaba
y que allí
tal vez
sólo haya moscas zumbando frente a mis ojos
que miran con sus cuencas vacías.



Ramona

.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya, Ramona, buena suerte en esta aventura bloggera.
Mis besos
Enomar Otak

Sylvia Rojas Pastene dijo...

Amiga, que le puedo decir, me encantó su blog, el color, su presentación, su poema hermoso, no, se dice muy bueno. Pero no esperaba menos jamás, siga, siga, que ud es un diamante, jamás en bruto, ud se las trae de sencilla que es no más, no alardea, ¿pero sabe yo alardearé por ud. ya verá?

Mis abrazos y la visitaré, auqnue haga calor y el infierno nos abrace.

Y dije oh oh oh

ALBERTO NAVERO dijo...

Querida Ramona,
quién dice que la poesía no se mueve, no exalta sus orillas vivas, polleras y vaivenes literarios Comaule?
Habría que preguntarle a Abundio, porqué lo hizo y no hizo.
No sabes la alegría que provoca leer cosas nuevas, creadas y editadas en este Maule abúlico pero amado.
Estaré visitándo su blogs mi amiga constantemente...
abrazos y cariños para ud
A. Navero

MI CORAZÓN AL DESNUDO Y CON FRÍO dijo...

que bonita su iniciativa, felicitaciones, veo que no lo hace nada de mal
saludos cordiales
el errante TK

Anónimo dijo...

Este poema está muy logrado, es de alta calidad estética. Tiene un ritmo ayudado por una tonalidad de grados diversos según el sitio del poema en que estemos. La referencia literaria (Juan Rulfo, Comala) se hace pertinente y se proyecta hacia la interioridad, acosada por canículas de índole plural, variada,de la hablante lirica. La construcción del verso modula haciendo un uso exquisito de los espacios y silencios, lo que se logra a través de la consciencia respecto al uso del espacio físico que ocupará la estructura y la forma.
Las imágenes, y la utilización entonces de las figuras literarias, son de constatación, al principio, del mundo-afuera, luego ánimo de fijar cual fotografía un instante o un acto lleno de ondulación (el gato que ronronea y pide una caricia),son intertextualidad, diálogo con la historia literaria y las historias de una novela que pertenece a nuestras realidades y las supera (Pedro Páramo), reconstrucción de la vida en la muerte de un Juan Preciado cotidianizado en su soledad bajo la tierra.Hay autoseñalamiento, luego, de la condición de poema del poema, hay por lo tanto uso de un metalenguaje que se hace cargo del proceso creador, y la afirmación es rotunda y certera, como queriendo dejarle claro al propio poema (más que a la propia voz de la hablante lírica y por supuesto más que a la circunstancia nuestra y anecdótica como lectores) el rumbo ahí trazado: No es éste el primer poema que escribo/ a la hora de las moscas/ pero es el primero que habla de Comala. Y acá Comala es, por cierto, la de la novela, pero sobre todo es otra, la nuestra, la propia, y también la universal, la colectiva, y también la interna, la que nos late, y también la que vive echando tierra y zumbando en moscas a la manera de infiernos, y a la manera de vida diaria, a la manera de casi obvio descubrimiento en mitad de la sorpresa inicial (que está más cerca de lo que imaginaba), y al final concluir una y otra vez que todo parece ser visto desde la novedad, desde lo no visto, desde la paradoja de mirar con cuencas vacías, que es asimismo el regalo y/o la maldición que el ser humano realiza cuando vuelve sus ojos (el revés de las cuencas) hacia adentro, hacia la incertidumbre, la duda, la ignorancia, la fragilidad de ser y estar (tal vez la tumba sea nuestro propia interior, tal vez sea por ahí, dentro nuestro, la tumba, por donde se filtran las goteras que van a acompañarnos en nuestra nueva condición de Juan Preciado: él eres tú, soy yo, somos nosotros todos).
Hemos terminado de leer, pues, un poema grande, un poema escrito por alguien que silenciosamente ha ido acumulando experiencia (vital, lectora, de observación, etc.) y paciencia para llegar a escribir, hoy por hoy, poemas de este nivel.

O. O.

Anónimo dijo...

Posdata:
Es (terriblemente) maravilloso cuando, en medio del calor, de la canícula, Juan Preciado se larga a hablar del agua, de las primeras lluvias, del paso de la eternidad en un reloj que le tictaquea con gotas.
O. O.

Anónimo dijo...

Ya poh, Niña por Dios, sorpréndanos con un regalito nuevo en su blog...