viernes, 18 de diciembre de 2009
domingo, 18 de octubre de 2009
LO ESENCIAL ES INVISIBLE (El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry)
-¡Buenos días! -dijo el zorro.
-¡Buenos días! -respondió cortésmente el Principito que se volteó pero no vio nada.
-Estoy aquí, bajo el manzano -dijo la voz.
-¿Quién eres tú? -preguntó el Principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el Principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el Principito.
Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el Principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -dijo el Principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el Principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear lazos... "
-¿Crear vínculos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú para mí todavía no eres más que un niño igual a otros cien mil niños. Y no te necesito. Tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
-Comienzo a comprender -dijo el Principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado... -Es posible -dijo el zorro-, en la Tierra se ve todo tipo de cosas.
-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el Principito.
El zorro pareció intrigado:
-¿En otro planeta?
-Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
-¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
-No.
-Nada es perfecto -suspiró el zorro. Y añadió:
-Mi vida es monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Así es que me aburro un poco. Pero si tú me domesticas, mi vida se llenará de luz. Reconoceré el sonido de tus pasos que serán distintos de todos los demás. Los otros pasos harán que me esconda bajo la tierra. Los tuyos, en cambio, me harán salir de mi madriguera como una música ¡Mira! ¿Ves allá los trigales? Yo no como pan. Los trigales no significan nada para mí y eso es triste. Pero tú tienes los cabellos color de oro. Entonces, si me domesticas, será maravilloso, porque el trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y amaré el sonido del viento en el trigo…
El zorro guardó silencio y miró detenidamente al Principito:
-¡Por favor... domestícame! –dijo el zorro.
-Me encantaría -respondió el Principito-, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que descubrir amigos y conocer muchas otras cosas.
-Sólo se conocen las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no se dan tiempo para conocer nada. Compran todo hecho en las tiendas. Pero como en las tiendas no venden amigos, los hombres ya no tienen amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
-¿Qué debo hacer? -preguntó el Principito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Al principio te sentarás un poco lejos de mí, así, de esta manera, sobre la hierba. Te miraré de reojo y tú no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...El Principito volvió al día siguiente.
-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que volvieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Y cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro ya estaré inquieto y preocupado; ¡y así, cuando llegues, descubriré el precio de la felicidad! Pero si llegas a cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -dijo el Principito.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día sea distinto de otros días, una hora, distinta de otras horas. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. El jueves salen a bailar con las muchachas del pueblo. Entonces el jueves para mí es un día maravilloso, porque puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores bailaran en cualquier momento, todos los días serían iguales y yo no tendría vacaciones.
Así fue como el Principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando la hora de partir, el zorro dijo:
-¡Ay… lloraré!
-Es tu culpa -dijo el Principito-. Yo no deseaba hacerte daño, pero tú quisiste que te domesticara.
-Por supuesto -dijo el zorro. -¡Pero vas a llorar!
-Claro que sí.
-¡Entonces no has ganado nada! –dijo el Principito.
-Claro que sí -dijo el zorro- Gané el color del trigo.
Y agregó:
-Ve a ver las rosas otra vez; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Luego vuelve para que me digas adiós y te regalaré un secreto. El Principito fue a ver las rosas.
-Ustedes no se parecen en nada a mi rosa; no son nada aún –les dijo-. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como era mi zorro: un zorro parecido a miles de zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora él es único en el mundo.
Las rosas se sintieron molestas.
-Ustedes son muy bellas, pero están vacías –les dijo el Principito-. Nadie daría la vida por ustedes. Por supuesto que cualquiera al pasar podría creer que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes juntas, porque fue a ella a quien regué. Fue a ella a quien abrigué con un fanal y a quién protegí detrás de un biombo. Porque por ella eliminé las orugas (salvo dos o tres que se hicieron mariposas), y es a ella a quién escuché quejarse o vanagloriarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa.
Y volvió donde el zorro:
-Adiós… -dijo el Principito.
Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy sencillo: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos.
-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el Principito, para recordar.
-Es el tiempo que has dedicado a tu rosa lo que la hace importante.
-Es el tiempo que he dedicado a mi rosa... -repitió el Principito, para recordar.
-Los hombres han olvidado esta verdad, pero tú no debes olvidarla –agregó el zorro-. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
-Soy responsable de mi rosa... -repitió el Principito, para recordar. Y tendido sobre el césped lloró.
viernes, 16 de octubre de 2009
¡ LLEGÓ LA PRIMAVERA ! (HACE RATO)
Doña Primavera
viste que es primor,
viste en limonero
y en naranjo en flor.
Lleva por sandalias
unas anchas hojas,
y por caravanas
unas fucsias rojas.
Salid a encontrarla
por esos caminos.
¡Va loca de soles
y loca de trinos!
Doña Primavera
de aliento fecundo,
se ríe de todas
las penas del mundo...
No cree al que le hable
de las vidas ruines.
¿Cómo va a toparlas
entre los jazmines?
¿Cómo va a encontralas
junto de las fuentes
de espejos dorados
y cantos ardientes?
De la tierra enferma
en las pardas grietas,
enciende rosales
de rojas piruetas.
Pone sus encajes,
prende sus verduras,
en la piedra triste
de las sepulturas...
Doña Primavera
de manos gloriosas,
haz que por la vida
derramemos rosas:
Rosas de alegría,
rosas de perdón,
rosas de cariño,
y de exultación.
jueves, 17 de septiembre de 2009
DESPUÉS DE LA CEREMONIA
comimos aceitunas rellenas
y dijimos que estaba bien todo eso
que estuvo bien lo del viaje
que estuvo bien lo del libro
que rambó que rambó que rambó
que qué ricas las aceitunas
que las galletitas también estaban bien
que ezra pound que ezrapaun que esrapaum
y nuestras sonrisas se eternizaron en rincones que a nadie importan
y dijimos güisqui y salud y felicitaciones
con la inmortal sonrisa estrangulándonos las orejas
luego
dijimos hasta pronto te llamo nos vemos
y marchamos cada uno de uno en uno
hacia los cuatro puntos cardinales.
sábado, 15 de agosto de 2009
sábado, 8 de agosto de 2009
Como tú...
Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera.
León Felipe.
martes, 28 de julio de 2009
¿Por qué un poeta debe tener “fachada” de poeta?
“Es por eso que no quiero tener más fachada de poeta. Escribo, si escribo, seguramente para mí misma.”
“Dedos de Carbón” el 20 de julio de 2009
¿Por qué un poeta debe tener “fachada” de poeta?
Cada vez que se mira en el espejo, ya sea que se mire de perfil, que observe su silueta o vislumbre su espalda, un poeta debería ver no sólo su fachada, su contorno o su envase de poeta-poeta, sino que debería distinguir también su interior, sus meras y poéticas entrañas, su íntimo y oculto yo investido de poeta.
Por lo demás, no sólo el aludido poeta debería verse a sí mismo como Poeta (la mayúscula es intencional) sino que también otros deben percibirlo como el gran poeta que es. Para ello sería necesario que el poeta, dejando a un lado su temor a la crítica y olvidando ese molesto pánico escénico, diera a conocer su obra. He aquí el punto de mayor importancia: la obra del poeta.
Las actitudes extremas, llámense éstas ostracismo voluntario o penoso exhibicionismo, dañan el inminente “diálogo” que se produciría entre el poeta y el lector a través del mensaje-poema. Para que este “diálogo” se produzca debe ocurrir primero lo primero: conocer la creación de un poeta. Es el poema el que, con su sola presencia, defenderá su calidad de tal. Si bien el esteta e ideólogo italiano Benedetto Croce plantea que el verdadero arte debe estar libre de segundas intenciones, yo me pregunto: si el poeta no desea difundir sus poemas, ¿de qué otra forma podría llegar a nosotros, los asiduos lectores, la digna y verdadera poesía?
Otro punto que merece atención es la ocasional presencia de los autores charlatanes. Al decir charlatanes me refiero a esos locuaces y palabreros seres que promueven sus poemas o escritos como asegurando que su canto y su discurso son verdadera poesía. Seres empeñados en encontrar un lugar en los ya poblados salones de la fama poética. ¿Acaso cualquiera puede ser llamado poeta por el simple hecho de escribir un par de versos y luego difundirlos majaderamente sin mayor autocrítica? No, me niego a la presencia del mal gusto poético que a menudo logra empañar a la verdadera poesía, confundir a quienes buscan belleza y goce en las palabras, y empobrecer el gusto estético de los lectores poco experimentados.
Ramona Reader
viernes, 17 de julio de 2009
YA ES HORA
sábado, 28 de febrero de 2009
INSTRUCCIONES PARA ASISTIR A UN RECITAL POÉTICO
(Para Poetas Tue Tues)
Siempre que una Poeta Tue Tue es invitada a un recital poético en otra ciudad, debe tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
1. La principal sugerencia que debe tener en cuenta toda poeta Tue Tue, es preparar con anterioridad el material que va a leer para evitar en primer lugar, que a pocos minutos de la salida del bus, tenga que buscar un cíber en donde imprimir y , en segundo lugar, para impedir el cobro excesivo de cien pesos por hoja impresa que hará el lánguido adolescente que le atenderá y quien, presumiblemente, tiene complejo de “pulpo”, no sólo por lo caro de la impresión sino porque debe atender a cinco personas a la vez y, por lo mismo, ha tratado de entregarle un vuelto de cinco mil pesos antes que usted haya pagado el servicio.
2. Acordar hora y lugar precisos para encontrarse con otra (u otras) poeta(s) Tue Tue. Por más lógica que parezca esta sugerencia, ha habido poetas que simplemente la han obviado, debiendo pasearse inútilmente entre los andenes del Terminal de buses contando hombres calvos, mujeres tuetonas, jóvenes mochileros o cualquier otra cuenta absurda que les haya servido de excusa para matar el tiempo, antes de que fuera el tiempo el que matara de aburrimiento a la Tue Tues que esperaban, cada una en un lugar distinto, pero dentro del mismo recinto.
3. Informarse previamente del clima que posee la ciudad a la cual se dirige; por supuesto, todas las precauciones son válidas para no andar entumida o consiguiéndose echarpes, chalecos o paraguas que probablemente pierda sin haber ocupado, porque eso de que en lo ajeno reina la desgracia es efectivamente porque la desgracia reina en lo ajeno.
4. Evitar subirse a un bus en forma demasiado anticipada, aunque el bus ocupe el andén 24, que es el que correspondería a los buses a NUEVA BILBAO. Si usted sube quince minutos antes, corre el riesgo de tener que bajarse a los cinco minutos de iniciado el viaje, al descubrir que ese bus no se dirigía a NUEVA BILBAO sino a ILOCA y, lo que es peor, tal vez tenga que correr en plena hora de la canícula, con pasaje y poemas en una mano, monos y petacas en la otra, y sudando la gota gorda para lograr alcanzar el bus que sí va a NUEVA BILBAO.
5. Tomando en cuenta la instrucción anterior, evite leer poemas en el bus durante los primeros diez minutos de viaje, ya que puede ocurrir que, mientras usted vuela entre versos e imágenes poéticas, el bus “vuele” a lugares impensados, transformando un simple viaje a un lugar X en una verdadera Ítaca, convirtiéndose usted en un auténtico e inmortal Ulises de las costas del Maule.
6. Informarse bien del horario en el cual comenzará el evento, pues eso quiere decir que usted puede llegar tranquilamente media hora más tarde y aún así se encontrará con que recién estarán instalando los parlantes y probando micrófonos para el desarrollo del recital. Claro que esto tiene su lado entretenido porque indudablemente puede usted pasearse por el escenario, tomar fotografías, conversar con otros invitados, informarse de quién es quién (por ejemplo: quién ese caballero de barba y guitarra que recién probó el micrófono cantando como los dioses; o quién es esa amable señora de pelo corto; quién, el sereno hombre con sombrero alón que toma fotografías a una muchacha pelolais allí frente al río) y recordar que la vida es así y que no podemos andar exigiendo perfección en un mundo que fue creado apenas en seis días y en el cual, de acuerdo a mi interpretación del génesis, el hacedor dedicó un espacio para la reflexión recién en el séptimo día.
7. Si ya se encuentra usted en el escenario evite en lo posible las siguientes acciones: cuchichear con su vecino emitiendo improperios porque tiene los pies congelados de frío o está que se orina, hojear libros desesperadamente buscando aquel poema comodín, doblar y desdoblar hojas intentando acomodar de mejor manera los textos que va a leer, sacar el envoltorio de ese delicioso caramelo mentolado que le quitará sequedad de la boca o evitará la inminente y traicionera tos (recuerde que el micrófono que se encuentra a pocos centímetros de usted reproducirá -en cada rincón del pueblo- todos los sonidos que capte)
8. Si se encuentra en el escenario a un par de minutos de ser llamado a recitar y se da cuenta de que no ha traído sus quevedos, resígnese; como ya es tarde para andar consiguiéndose unos, no le quedan más que dos alternativas: o se retira del escenario fingiendo un ataque repentino de pánico escénico o simplemente lee recordando de memoria los versos escritos, tomando en cuenta que si se equivoca nadie lo notará, porque los demás desconocen el texto original que sólo usted posee (para una poeta Tue Tue esta última alternativa es más digna que la primera).
9. Si después de realizado el recital es invitado a tomar un café, cerciórese de que el local para fumadores que eligió incluya a los fumadores de pipa, lo cual evitará la súplica al jefe del local para que le permita fumar pipa o la consiguiente PLR que dará o recibirá dependiendo de su capacidad física.
10. Si al día siguiente visita un restaurante junto al mar que lo deja extasiado con la vista panorámica que ofrece (olas que van y vienen, gaviotas pescadoras que suben y bajan, autos último modelo que vienen y van) no olvide llevar un pequeño y valioso adminículo que le será de mucha utilidad, me refiero a un matamoscas; si hay algo que alabarle a las moscas es su carácter democrático.