viernes, 4 de julio de 2008

REENCUENTROS (A Claudia)

Cuando una Cronopia Tué Tué se reencuentra con otra a la cual ha dejado de ver por mucho tiempo, son inevitables en un primer momento las lágrimas furtivas, una tímida opresión en el pecho y la ineludible idea de que “la misma noche … hace blanquear los mismos árboles”, pero “nosotras, las de entonces, ya no somos las mismas.” Y surge en ellas la alegre comprobación de Cronopias Vivas de que, efectivamente, ya no son las mismas, de que han madurado, han adquirido independencia, han aprendido a valorar y a valorarse y en aquel momento se abrazan (aunque estén hablándose a distancia) y respiran hondo y saltan como niñas “Cropias” (que todavía no son Cronopias) y danzan esos exóticos bailes parecidos a la danza de las mariposas que por primera vez despliegan sus emancipadas alas.
Después de esos minutos iniciales, siguen los otros “inevitables”: Inevitable que se pregunten al unísono qué ha sido de sus vidas; inevitable que se cuenten en cinco minutos lo que han vivido en diez años (si hay seres dotados de una ingeniosa capacidad de síntesis, ésas son la Cronopias Tué Tué); inevitable que el diálogo se asemeje al sonido de una ametralladora que en lugar de disparar balas dispara palabras, grititos y risas; inevitable recordar a los antiguos compañeros de curso; inevitable preguntarse si están más gordas o más flacas; inevitable pelar a las nueras que “no- eran”; inevitable volver una y otra vez al tema de las parejas y que sí y que no y que ni te cuento; inevitable, también, la promesa de verse pronto y que te llamo y que en las vacaciones; inevitable la demora en despedirse; inevitable el hondo suspiro; inevitable la noche; inevitable el silencio; inevitable un poema.



NOCTURNO

Los que auscultásteis el corazón de la noche,
los que por el insomnio tenaz habéis oído
el cerrar de una puerta, el resonar de un coche
lejano, un eco vago, un ligero rüido...

En los instantes del silencio misterioso,
cuando surgen de su prisión los olvidados,
en la hora de los muertos, en la hora del reposo,
sabréis leer estos versos de amargor impregnados...

Como en un vaso vierto en ellos mis dolores
de lejanos recuerdos y desgracias funestas,
y las tristes nostalgias de mi alma, ebria de flores,
y el duelo de mi corazón, triste de fiestas.

Y el pesar de no ser lo que yo hubiera sido,
la pérdida del reino que estaba para mí,
el pensar que un instante pude no haber nacido,
¡y el sueño que es mi vida desde que yo nací!

Todo esto viene en medio del silencio profundo
en que la noche envuelve la terrena ilusión,
y siento como un eco del corazón del mundo
que penetra y conmueve mi propio corazón.


Rubén Darío (1867-1916)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Inevitable lo inevitable... leer sus textos... Inevitable cuando se lee de una manera más hermosa inmerso en el tintineo de intenciones hermosas.

yo el inevitable

Ramona dijo...

Gracias, anónimo Sr. Inevitable, sus palabras inevitablemente me alegran.

Ramona.

Sylvia Rojas Pastene dijo...

Inevitable mi voladura, escribi una frase anoche y no está, nunca presioné publicar entonces, inevitablemente se fue.

Sabe cronopia, se leen tan bien sus inevitables, suenan tan nostálgicos, tan hermosos, tantas saudades.

Lindo muy lindo su reencuentro.

Mis abrazos para Ud. Ramona juguetona

Anónimo dijo...

Qué linda palabra esa: saudades... La "Saudade" es una palabra con una carga significante en sí misma muy grande, que no tenemos en español. Claro, le podemos buscar sentido y hasta traducirla,aproximarnos pero no llegar, porque lo que lleva dentro suyo y dentro de quien la pronuncia en portugués (e idealmente quien piensa en portugués) debe ser algo muy hacia adentro, donde "en el fondo de toda lejanía se alza tu casa" (Hermann Broch dixit). Bonito regalo, esa palabra. Me recuerda a la Mistral, que tanto gustaba de la saudade. Saudade, un regalo llleno de significados y connotaciones para un Nocturno en que Darío se nos acerca, a través del regalo que esta vez hace Ramona, también cercano a la noción de saudade.
Un Abrazo Juerte
KRamone

profetabar dijo...

Ramona, para escribirte he debido dejar pasar media hora, (aprox +), ya sabes porque. Sí, existen personas con quienes nos reunimos y a pesar del tiempo transcurrido, se continua dialogando como si todo fuera un punto seguido a pesar de los años distante. y en relación al poema de Rubén Darío, pienso que es un poema con demasiada nostalgia y soledad "cuando surgen de su prisión los olvidados" y luego "Como en un vaso vierto en ellos mis dolores". Todo el sentir del universo reunido en una sola noche, en un solo corazón.